Que bonita fecha que es la Navidad. Realmente se vive y se respira un ambiente de paz y de amor como bien lo describen tantas canciones... pero a veces siento que nos olvidamos del verdadero sentido que tiene la Navidad. En primer lugar todavía se escuchan propagandas cantando: "Pascua feliz para todos, pascua feliz para todos..." cuando lo que se está viviendo no es el paso de la muerte a la vida (siendo este en realidad el verdadero significado de la palabra Pascua), sino más bien un nacimiento. Y no es cualquier nacimiento... es el nacimiento de Nuestro Señor Jesús y lo que es peor ¡lo dejamos de lado! ¡a Él!!!!!! ¿Qué pasaría si cuando se acerca la fecha de nuestro cumpleaños nuestros amigos prepararan una gran fiesta y los festejados, que seríamos nosotros, no fuéramos invitados, ni recibiéramos los regalos?, ¡que mal nos sentiríamos!. Bueno, eso es precisamente lo que hacemos para el nacimiento de Jesús, lo dejamos de lado y sin ningún remordimiento.
Que este año sea distinto, en vez de yo pedir "algo", por qué no mejor yo ofrecerle algo a Jesús, regalarle lo mejor de mí, y por qué no también mis cosas malas, aquellas de las cuales me averguenzo. Esas precisamente son las que más quiere el Señor, porque de ahí Él nos ayuda a ser cada vez mejor.
Qué bueno sería que reflexionáramos sobre este tema y nos dispusiéramos a vivir mejor esta Navidad, con su verdadero sentido.
